Mi cliente favorito.

Ya os he dicho en alguna ocasión que trabajo de cara al publico en una oficina donde, entre otras cosas, se trabaja como inmobiliaria. Por eso, dia a dia vas conociendo a muchos tipos de persona: Desde gente a la que le sale el dinero por las orejas hasta gente con muy pocos recursos,... pero sobre todo conoces a gente que se sale de lo normal, y es de uno de esos clientes del que voy a hablar hoy.

Se trata de un señor de Barcelona con el que trabajamos hace unos cuantos años, primero como inquilino de un local, y luego al realizar el traspaso del mismo a una entidad bancaria. No lo llegué a conocer en persona, pero hablé por teléfono en varias ocasiones, siendo éstas conversaciones para reproducir a modo de anecdota simpática (silencios incomprensibles, confianzas exageradas,...), lo que hacía que hablar con este cliente fuera toda una experiencia que no sabias como iba a ser.

La relación comercial finalmente terminó hará unos dos-tres años, pero no el contacto. Sin motivo ninguno, desde que conocemos a este cliente, nos manda una o dos cartas al año, una de ellas dos o tres días antes del santo correspondiente. Por eso, hace unos días recibí una carta de él,... donde me felicitaban el santo (que coincide que es hoy). No se si te lo crees, pero siempre llevo la ultima felicitación (lo unico que manda es una tarjea de visita suya con el texto escrito en la parte posterior) en mi monedero, para enseñarla si algún día cuento la anecdota de este cliente a algun conocido, pero por si no os lo creeis, aqui os dejo la ultima que me mandó:



Por cierto, que siempre he pensado que este señor le debe de mandar tarjetas de felicitacion a media España...

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